Blackrock College, Dublín.
IRLANDA - AÑO ACADÉMICO
Fundado por los Padres del Espíritu Santo en 1860, Blackrock College es uno de los cinco colegios de la Orden de Irlanda y está dirigido por la Congregación, en estrecha colaboración con un grupo de gestión de personal laico.
Este centro, situado en uno de los mejores barrios de Dublín, es uno de los favoritos de las familias que ya han tenido generaciones anteriores estudiando en el colegio, y por ello resulta difícil conseguir una de las 100 plazas del internado para chicos que posee la escuela. No ofrecen la posibilidad de registrarse en régimen de día a estudiantes de fuera de Irlanda, ya que la demanda es tan elevada que no pueden ampliarla.
Blackrock combina de forma única las ventajas de un colegio grande, en términos de elección de asignaturas, el compañerismo y actividades extracurriculares, con una estructura administrativa que divide al colegio en grupos pequeños. Esto proporciona un ambiente íntimo y personal en el que cada alumno puede alcanzar su máximo potencial. El internado es el hogar de ese centenar de alumnos de todos los cursos.
Los internos son y siempre han sido miembros únicos de la comunidad de Blackrock. La experiencia allí es, por su naturaleza, muy rica y diversa, de manera que el vínculo entre los internos y Blackrock ha sido tradicionalmente fuerte. La tradición es uno de los pilares sobre los que se construye el colegio. Un potente ethos católico ha sido siempre un componente intrínseco de la vida escolar. Allí, la fe se alimenta continuamente y promueve con orgullo una educación religiosa y moral que se considera fundamental para el desarrollo del individuo. Su programa curricular multidisciplinar involucra a todos los alumnos, añadiendo entusiasmo y vitalidad a su rutina diaria. También abundan las oportunidades para participar en deportes, música, teatro, oratoria y alcance social.
Los internos son y siempre han sido miembros únicos de la comunidad de Blackrock. La experiencia allí es, por su naturaleza, muy rica y diversa, de manera que el vínculo entre los internos y Blackrock ha sido tradicionalmente fuerte. La tradición es uno de los pilares sobre los que se construye el colegio. Un potente ethos católico ha sido siempre un componente intrínseco de la vida escolar. Allí, la fe se alimenta continuamente y promueve con orgullo una educación religiosa y moral que se considera fundamental para el desarrollo del individuo. Su programa curricular multidisciplinar involucra a todos los alumnos, añadiendo entusiasmo y vitalidad a su rutina diaria. También abundan las oportunidades para participar en deportes, música, teatro, oratoria y alcance social.